Cada uno tiene su forma de ver el mundo, el mundo, el mundo. En una astilla de luz, una carcajada de asombro, y un salto de amor por sentirnos libres de vivir sin fines. Sin límites. Bailando tus formas en una sonrisa libre, mírame. No hay más verdad que mi oleaje de sueños y miedos y miedos y sueños en la lenta pasarela de tiempo ensamblada entre un brillo singular en tus ojos o el relieve sexual de tus caderas. ¿Quién quiere ser el dios de todo esto, quién quiere las cadenas sangrantes del insomnio? Yo sólo miro que amo no saber lo que miro, y el sol rojo potente sonríe mi vida. Siento ritmo, y con esto me basta.
Escrito por Hugo Molina.
Me gusta mucho y me intriga como conseguis hacer unos relatos seguidos tan hermosos. que dificultad mas grande!
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