Puede surgir de almas sin fama ni renombre.- culminó cerrando el libro tras sus últimas palabras.
La sala irrumpió de inmediato en una calurosa ovación, mientras yo me hallaba aun inmóvil en mi asiento, con sentimientos contrarios a los del público que me rodeaba. Era obvio que tenía talento, pero no encontré en él el sentido que esperaba. No lograba llenar el hueco que le había hecho en mi interior. Quizá había creado unas expectativas demasiado altas, imposibles de cubrir.
Ahora mi mejor amigo se acercaba a mi con el rostro iluminado tras la victoria, esperando sin duda recibir de mi el mismo apoyo que del resto. ¿Qué le iba a decir? Está claro que cada uno tiene su forma de ver el mundo.
sábado, 15 de diciembre de 2012
lunes, 10 de diciembre de 2012
El comienzo
Me
siento ante el folio, ha llegado el momento de comenzar. Él me mira,
desafiante, y me dispongo a aceptar el reto. La pluma chorrea tinta cual cuerpo
herido. En ese momento, trato de evitar que se desangre, y es ahí cuando me doy
cuenta, estoy bloqueado. El temor del
escritor se ha apoderado de mí. Curioso, porque no es que yo sea muy escritor.
¿Y ahora qué hago? Estoy ante un blog, en blanco, y pretendo que después de
esta entrada, alguien tome mi relevo, y le dé vida a la bitácora, encadenando
nuestras plumas en un infinito cortejo, con la única finalidad de entrelazar la
literatura que, con el entusiasmo oportuno, puede surgir de almas sin fama ni renombre.
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