miércoles, 30 de enero de 2013

Siento ritmo, y con esto me basta, la mulata murmuró para si, mientras se alejaba de la cocina, dejando plantada a su madre con el repasador en la mano, un vaso a medio secar y la cara de escepticismo con que la miraba cada vez que discutían sobre su futuro. El bolso ya estaba listo desde la noche anterior, en realidad, desde hacía muchas noches, pero por una cosa o la otra, aún no había tomado la decisión. Una vida de servidumbre dedicadas a otros, o una vida hecha a su manera, contorneada desde la cadencia rítmica de sus caderas, honrando a sus ancestros. Una vida perpetuando la creencia de inferioridad o una vida rescatando la historia de melodías arcaicas, sufridas, eternas. Con el malestar en el cuerpo todavía, puso play en su equipo y se echó a la cama, el sonido salió suave pero vibrante, la mulata cerró los ojos y se le escapó una lágrima, la cantante había entonado..."sigue tu camino, los sueños se alcanzan"

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